lunes, 26 de febrero de 2007

A mi sobrinita... Florencia.


No quería ni acercarse al río... estaba asustada, tímida... no se soltaba de mi mano, quería volver arriba...pero de a poco fue tomando confianza... tomó piedritas y comenzó a lanzarlas al agua...se fue soltando, caminando solita, acercándose con cautela... Comenzó a ambientarse y ya se sentía parte del lugar... quiso mojarse sus patitas, y también que yo mojara las mías, junto a ella... ya, al rato, quiso meterse enterita al agua, y pidió sacáramos su vestido; en pelotitas gozó de esa agua muy tibia por el calor, de la arena, del sol, del paisaje. La gente la miraba y sonreía con ese exquisito espectáculo... Pasado un largo rato, no quería salir de su pocita.. entre caras largas y alegatos, salió y la vestimos... se despidió del río y le prometió que volvería a visitarlo... Qué maravilloso día... que bien lo pasó, que bien lo pasamos nosotras al verla... como se llenó mi corazón viendo la felicidad de una pequeña, disfrutando de cosas tan simples, tan sencillas, pero tan llenas de significado y valor para ella... cómo disfrutamos viendo su pureza y transparencia, su alma blanquita... ella, ahí, como Dios la trajo al mundo, sin importarle nada, ni nadie... porque así son los niños.. no hay inhibiciones en ellos, ni restricciones...no hay maldad, no hay morbo... sólo son lo que quieren ser y nada más...

Ojalá mi Florcita, siga disfrutando así, de esta maravillosa etapa de su vida... y que volvamos a esa, su pocita, que tanta felicidad reflejó en su carita.

Te quiero Florcita.

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